No es ninguna novedad que el Real Madrid y el Barcelona tengan la rivalidad más grande del fútbol mundial, o al menos, una de las más conocidas y famosas. La llegada del equipo nacional, por primera vez, en la final del Mundial, es algo que pone en la mente de los apasionados del fútbol que no son españoles, como yo, una duda paradójica.
La Selección Española tiene un juego en que la posesión del balón es vital y solo ha podido hacerlo porque en el once inicial predominan los jugadores del Barça. Todos conocen el slogan del club culé: “mès que un club”, justamente porque representa una nación, Cataluña, que ha vivido tiempos de rebeldía contra la capital, Madrid. Es decir, el Azul Grana es un símbolo que siempre quiebra con la unidad nacional.
Ya en Madrid pueden estar felices gracias a los separatistas y a su idea de fútbol, de posesión y jugadores españoles y de la cantera, algo que el Madrid no tiene como modelo.
La única respuesta que tengo es que para los españoles, el Mundial es como uma tregua, en la cual las diferencias son olvidadas en aras que todos puedan gritar juntos: ¡Viva España!
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